La mañana en la farmacia del Insssep estuvo movida. Una mujer que habitualmente va a comprar sus medicamentos se infartó de la emoción porque la atendieron tan solo en unos pocos minutos, acostumbrada a perder toda la mañana para obtener sus remedios.

“Algo raro habrá pasado, quizás se equivocaron de número. Ella no se lo esperaba y se alegró tanto que su corazón no aguantó. Por suerte pudo reanimarla rápidamente una chica que sabía RCP, porque la ambulancia demoraba. Eso sí, pasaron los tres turnos y tuvo que sacar número de nuevo”, dijo una de las mujeres que tenía el 1589.

“Lo bueno es que acá nos vamos haciendo amigos, casi siempre tenés toda la mañana para conversar con el que está sentado a tu lado, dicen que algunos hasta se pusieron de novio -acota con una sonrisa pícara- además el chipacero que pasa tiene buenos precios. Lo ideal es traerse el mate para acompañar el chipá”, nos comentaba otro de los clientes habituales.

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