El Día del Trabajador en la provincia del Chaco tomó un giro inesperado este año cuando el tradicional locro se convirtió en una experiencia más parecida a ir al cine que a un festín culinario.

Con el termómetro alcanzando alturas dignas del mismísimo sol, los habitantes de esta provincia argentina esperaban ansiosos su ración anual de locro, solo para encontrarse con una sorpresa de palomitas de maíz. Sí, así es, ¡el maíz decidió hacer una metamorfosis y convertirse en pororó por obra y gracia del calor extremo!

Imagina la escena: familias enteras acudiendo al punto de distribución con sus cucharones en mano, listos para catar el manjar de siempre, solo para ser recibidos por un estallido de risas (y algunas lágrimas) al ver que en lugar de trozos de maíz suculentos, lo que les aguardaba era una montaña de palomitas de maíz hinchadas. Algunos se rieron, otros se quedaron boquiabiertos, y unos pocos hasta lloraron de la emoción o de la decepción, ¡quién sabe!

Y así, en medio del asombro y el desconcierto, el Día del Trabajador en el Chaco pasó de ser una festividad gastronómica a una jornada de cine improvisado al aire libre. ¿Quién necesita una película cuando puedes disfrutar del espectáculo de ver cómo el maíz se convierte en una deliciosa merienda?

Pero no todo fue desgracia, porque al final, en vez de llenarse el estómago con locro, la gente se llenó el alma de risas y anécdotas para recordar por años. ¡Y quién sabe! Tal vez el próximo año el locro decida convertirse en pochoclo desde el principio, ¡así nos ahorramos el trabajo de cocinarlo!