El mundo laboral está plagado de personajes pintorescos. Entre ellos, destaca una figura que genera admiración, lástima y hasta cierto punto, ternura: el llegador tarde.
En esta ocasión, nos adentramos en la mente de Fabio, un experto en el arte de llegar tarde al trabajo. Fabio no solo llega tarde, sino que también es un maestro en la creación de excusas.
Su repertorio de justificaciones es tan amplio como creativo: desde un atasco épico en la autopista (inexistente) hasta un ataque de hipo incontrolable (sospechoso).
Su jefe, ya resignado a la situación, ha desarrollado una fascinación por las historias de Fabio. Lo escucha con una mezcla de incredulidad y resignación, mientras imagina las aventuras que vive este particular personaje camino al trabajo.
Un día, Fabio llegó tarde con una excusa tan inverosímil que incluso él mismo dudó de su veracidad. Según relató, un perro gigante lo había perseguido por la calle, impidiéndole llegar a tiempo.
Su jefe, harto de las excusas, decidió poner a prueba la creatividad de Fabio. Le propuso un juego: cada vez que llegara tarde, debía inventar una nueva excusa, la más original y divertida posible.
El reto ha desatado la vena artística de Fabio. Sus excusas se han vuelto cada vez más elaboradas y cómicas, convirtiéndolo en la estrella del departamento.
Ahora, los empleados esperan con ansias su llegada, no solo para cumplir con las obligaciones laborales, sino también para disfrutar de la nueva historia que les regalará.
¿Qué opinas del caso de Fabio? ¿Eres de los que llega tarde o de los que siempre está a tiempo?
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P.D.: Si eres un llegador tarde crónico, no te desanimes. Sigue el ejemplo de Fabio y convierte tu defecto en una virtud. ¡El humor es la mejor medicina!